Claves para comprar los neumáticos de invierno que te convienen

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Elegir un buen neumático de invierno mejorará de forma notable nuestra seguridad en los días más fríos del año. Te damos las claves para que sepas elegir los más apropiados para tu coche y sacar el mayor partido de tus ruedas para la nieve.

Ya están llegando las primeras heladas y quizás estés pensando en comprar neumáticos de invierno. Son específicos para la temporada más fría del año y tienen múltiples ventajas. ¿Sabes cuáles? ¿Estás seguro de poder elegir los que más te convienen? Te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de adquirir unos buenos neumáticos de invierno. Sigue leyendo…

Las conocidas como «ruedas para la nieve» cuentan con una mayor oferta disponible. Cada vez son más utilizadas por los conductores cuando llega el frío y esto ha fomentado que los fabricantes de neumáticos dejen de considerarlo un producto de nicho y se hayan animado a aumentar sus gamas. Antes no los había disponibles en muchas medidas, pero ahora hay incluso varias gamas dentro de una misma marca y medida.

Por otro lado, cada vez más marcas cuentan con neumáticos formulados para ofrecer un comportamiento óptimo en condiciones invernales y también en verano (no se degradan tanto con altas temperaturas), como los Michelin Crossclimate o los Goodyear 4Seasons, ambos están homologados para su uso como neumáticos de invierno y se pueden utilizar sin cadenas. ¿Qué ventajas y desventajas tienen las ruedas allweather? Visita nuestro especial de neumáticos y conoce la respuesta.

Los neumáticos M+S (siglas de Mud and Snow, barro y nieve en inglés) basan su efectividad en dos cualidades:

Composición química: la goma del neumático de invierno está pensada para mantener su flexibilidad a temperaturas por debajo de 7ºC, justo cuando las de «verano» empiezan a endurecerse y a perder agarre de forma alarmante.
Diseño del dibujo: la banda de rodadura busca dos fines principales, evacuar de la forma más eficaz posible el agua (por eso van bien sobre mojado) o la nieve y provocar un efecto oruga que pellizque sobre la superficie helada o nevada proporcionando agarre. Para ello cuentan con unos canales de evacuación más anchos y esa especie de laminillas en sus tacos (ver detalle en la galería de fotos).
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Cuando hablo de «efecto oruga» me refiero a que, aunque las ruedas son redondas, la parte que apoya sobre el asfalto es plana (al ser neumático se chafa contra el suelo) y al cambiar de curvatura, las laminillas se cierran y atrapan el hielo o la nieve, literalmente lo van pellizcando.

Teniendo esto en cuenta, es mucho más eficaz en esta función un neumático estrecho que uno ancho. La huella de un neumático cuando se apoya sobre el asfalto es más ancha y corta con uno ancho y más estrecha y alargada con uno estrecho. Esta segunda forma de la huella permite que más láminas estén en contacto con el suelo pellizcando el terreno y, además, evacuan mejor el agua.

Qué hay que tener en cuenta al comprar neumáticos de invierno
Aquí viene mi primer consejo: si te planteas tener un juego de neumáticos de invierno y otro de verano, compra unas llantas básicas de chapa en la medida más estrecha que admita la ficha técnica de tu coche y deja las preciosas llantas de aluminio con neumáticos anchos para la primavera y el verano. A medio plazo te saldrá mucho más barato que andar desllantando y montando neumáticos en un único juego de llantas y, sobre todo, sacarás el máximo partido y seguridad de tu juego de ruedas para la nieve.

Además, a la hora de elegir un neumático de invierno deberás tener en cuenta los siguientes puntos:

Medidas y ficha técnica: es conveniente que leas el manual de tu coche, en él suelen recomendar el tipo de neumático de invierno que se puede utilizar. Hay algunos modelos donde determinadas medidas de llanta no son compatibles con ellos; directamente el propio fabricante del vehículo es quien te obliga a tener dos juegos de llantas, en algunos incluso varía el índice de carga entre las ruedas de verano y las de invierno, conviene que te asegures al respecto.
Ojo con las ofertas: nuestro país no es precisamente un ejemplo en cuanto al uso de los neumáticos de invierno, por lo que su rotación en los talleres especializados es muy baja. Esto hace que en estas fechas proliferen los anuncios con ofertas especiales y precios muy apetitosos. No te fíes, comprueba la fecha de fabricación del neumático de la oferta, porque es muy probable que estén envejecidos, lo cual acaba con la primera ventaja, su mayor flexibilidad a bajas temperaturas. Si tiene más de 4 años no merece la pena que lo compres, no te aportará ninguna ventaja respecto a los de verano.

Huye de marcas desconocidas: hay muchas gamas de precios en el mercado. Tampoco es necesario que te compres el más caro, ni mucho menos, pero la calidad de las marcas «nisu» es muy baja y estarás gastando el dinero en un segundo juego de neumáticos que no te aportarán ninguna ventaja. Busca marcas conocidas y precios intermedios.

Comprueba el dibujo: aunque la mayoría de neumáticos M+S prolongan el dibujo de la banda de rodadura por el lateral, no lo hacen todos. Es un detalle importante ya que al enterrarse en la rodera de nieve, los laterales del neumático también ayudan a proporcionar adherencia. Comprueba que el que elijas tenga estas laminillas que se pueden ver en la foto por el lateral de los tacos.
A diferencia de los neumáticos de invierno tradicionales (que por su compuesto químico se degradan y pierden rendimiento con temperaturas superiores a 20ºC), las gamas como la CrossClimate de Michelin o 4Seasons de Goodyear, tienen un diseño y un tipo de goma que permiten un uso más adecuado tanto en invierno como en verano.