Los neumáticos de clavos son ruedas especiales para el invierno, permitidas en varios países europeos, como Noruega, Dinamarca, Estonia o Finlandia (aunque solo en el período invernal) y prohibidas en países del sur como España, Macedonia, Portugal. La finalidad de estos neumáticos con clavos es lograr una mayor adherencia en carreteras con nieve y/o hielo.
El número de los clavos depende del modelo de la rueda y su tamaño, y pueden ir de 60 a 120, pesando cada uno unos 2 gramos. Están hechos de una aleación de metal, carbono y wolframio, muy resistente a la fricción y normalmente suelen sobresalir 1,5 mm de la superficie de la rueda. Además, cuentan con un corpus hecho de plástico o acero que los recubre.
¿Cuándo son necesarios los neumáticos de clavos?
Los neumáticos con clavos están hechos para circular sobre terrenos cubiertos por nieve y/o hielo, sobre los que tienen un mejor rendimiento que los neumáticos de invierno gracias a que alcanzan una mayor presión. Sin embargo, sobre terrenos mojados funcionan mucho peor que las ruedas de invierno, poniendo en peligro incluso la seguridad del vehículo. Por ello, su único uso debe ser sobre nieve (y ni siquiera nieve suelta) y hielo.
Un punto negativo de los neumáticos con clavos, ya sean neumáticos 4×4 o estándar, es su gran impacto sobre el estado de la carretera. Aunque es cierto que no degradan tanto el suelo como hace años, su uso todavía ocasiona un empeoramiento considerable del terreno sobre el que circulan, profundizando las rodadas y eliminando las señales horizontales de circulación. Estas ruedas con clavos erosionan la calzada, reduciendo la posterior adherencia de la misma sin importar los neumáticos usados. Además, existe el peligro añadido de que algún clavo se suelte, poniendo en peligro la seguridad de otros conductores. Por estas razones, este tipo de neumáticos solo están permitidos en países donde las temperaturas bajan mucho en invierno (por ejemplo los países escandinavos) y únicamente durante el período invernal (normalmente desde octubre a mayo). Tampoco debemos olvidar que por lo general su uso solo se permite en tramos concretos y que normalmente están prohibidos.
Es importante tener en cuenta que, aunque estos neumáticos se desgastan en un tiempo similar al de las ruedas estándar, la parte central suele hacerlo con lentitud para ayudar a la tracción a permanecer en un buen nivel. Debemos estar atentos a su desgaste y cambiarlos cuando queden solo entre 3,9 mm a 4,7 mm de profundidad, ya que perderán efectividad al circular sobre nieve profunda.
En definitiva, este los neumáticos de clavos pueden sernos útiles si tenemos planeado circular por tramos de montaña en países donde estén permitidos y con nieve y/o hielo.