¿Planeas un viaje en coche próximamente? Pues antes de iniciar tu viaje, deberías revisar tu vehículo para asegurarte de que puedes conducir con seguridad y evitar problemas mecánicos. Y además, echar un vistazo al estado de los neumáticos.
En ese momento, ya podrás encender la radio, llevar tu café favorito y disfrutar del sol en el automóvil. Eso sí, no te olvides de revisar de nuevo a tu compañero de viaje cuando llegues a casa.
Comprobar la presión
Es importante comprobar siempre la presión de los neumáticos antes de hacer un viaje largo o llevar una carga adicional. Es peligroso conducir con los neumáticos mal inflados, ya que puedes dañarlos y afectar negativamente al manejo del vehículo y al consumo de combustible.
Consulta en el manual de instrucciones de tu vehículo la presión recomendada por el fabricante para todos los neumáticos, incluido el de repuesto. Recuerda que la presión de los neumáticos debe comprobarse cuando las ruedas estén «frías», es decir, cuando tu coche no haya sido conducido durante tres horas o menos de un kilómetro a una velocidad moderada.
Comprobar la profundidad
La profundidad adecuada de la banda de rodadura es importante para evitar el aquaplaning y los derrapes. La profundidad mínima de la banda de rodamiento es de 1,6 mm.
Para saber si la necesidad es urgente existe un método rápido y sencillo. Solo hace falta colocar un euro en posición vertical sobre la banda de rodadura: si el borde dorado de la moneda queda cubierto por la goma, significa que el neumático es todavía utilizable.
Observa con atención
Tómate un momento para ver de cerca el estado de tus neumáticos. Comprueba si hay cortes, grietas, desgarros o moretones en la banda de rodadura y los flancos. Además, las abolladuras podrían indicar una separación dentro del cuerpo del neumático. Si encuentras alguna, ponte en contacto con el taller de neumáticos más cercano antes de salir para evitar interrupciones y dolores de cabeza por pinchazos.
Cambia en caso necesario
Antes de emprender un viaje en coche, es una buena idea cambiar los neumáticos de un vehículo. Permutarlos con regularidad (según las recomendaciones del fabricante del vehículo, o cada 8.000 km) favorece un desgaste uniforme de la banda de rodadura y ayuda a que el neumático funcione como es debido.
No metas de más
Hay recomendaciones de peso máximo para los vehículos, que se pueden encontrar en el manual de instrucciones de tu vehículo. Tus neumáticos también tienen una clasificación de carga máxima estampada en el flanco. Es importante respetar estos límites, ya que las cargas excesivas suponen un gran esfuerzo para los neumáticos y afectan a la maniobrabilidad y el manejo del vehículo. Cuanto más pesado sea el coche, peor será el consumo de combustible.
No olvides el neumático de repuesto
Muchos conductores tienen un neumático de repuesto en su coche. Es importante tomarse un momento al principio de cada mes y antes del viaje para inspeccionar el neumático de repuesto y comprobar que la presión del neumático sea correcta y que no haya ningún problema visible.
Recuerda que los neumáticos también envejecen, y si has estado usando tu neumático de repuesto durante mucho tiempo, es posible que debas reemplazarlo.
Permanece en el carril
Una colisión con un bache o con el pavimento puede hacer que la parte delantera de un vehículo se salga de su carril y daña las llantas. La mala alineación de las ruedas delanteras o traseras puede causar un desgaste desigual y rápido de la banda de rodamiento y debe ser corregida por un distribuidor de neumáticos. Haz que se compruebe regularmente la alineación de las ruedas según lo indicado en el manual del propietario del vehículo.
Por: Motor1.com